Mi papá es un lobo
Mi papá es un lobo nos presenta mundos estrambóticos en los que conviven objetos punzocortantes con la suavidad de un nido, donde su construcción se justifica con fuertes alegorías en las que un hogar siente, los padres son omniausentes y algunos fantasmas no existen. Estas metáforas cohabitan a lo largo de todos los textos, con estribillos que se repiten como en las canciones épicas, hiladas por un sentido del humor lleno de ironías y por gatos, ¿cómo no? Si no nos enfrentamos a la muerte con ternura, lo haremos con sarcasmo. En resumen, les recomiendo acercarse a esta mitología como por una boca de lobo: siempre buscando la luz.
Shantal Abrego